Durante muchos años Natividad Obeso estuvo, no solo al frente de AMUMRA, sino al frente de muchas luchas, que pudieron ganarse o no (de hecho muchas se ganaron y otras todavía se están librando), pero sin duda marcaron el camino...
Reproducimos aquí la última entrevista que Natividad brindó antes de volverse a su tierra, Perú.
-Quién es Natividad Obeso, preséntate por favor…. -Me llamo Natividad Obeso, Soy peruana de la provincia de Cajabamba, del departamento de Cajamarca, de la Sierra Norte del Perú.
Vine en junio de 1994, corriendo de mi país, porque me habían involucrado en hechos de terrorismo, y la única manera de no ir a la cárcel, era saliendo de Perú. Como yo sabía que era inocente antes de ir a la cárcel, preferí huir.
Yo era padre y madre de mis 4 hijos, y no podía estar en la cárcel, entonces deje a mis hijos con mi madre y emprendí el viaje…
Cuando llegué aquí, a Argentina, pasé situaciones muy difíciles (y ese recuerdo parece que le duele el alma). Me considero una persona que por mi condición de migrante, y acusada de terrorismo, pagó un muy buen derecho de piso en este país. Yo no venía buscando una mejor condición económica, si no porque me perseguían en Perú… Aquí, las pasé todas.
-¿Cómo es alejarte de tus hijos, de tu familia? El tener que escaparte y saberte inocente…Es demasiado doloroso, doble todavía cuando sabes que eres inocente y que no hay justicia. Extrañaba demasiado a mis hijos, extrañaba mucho a mi familia. Soy de un pueblito que es muy chico, donde todos nos conocemos, donde todos nos ayudamos y salir de allí a un país como este, que en aquel tiempo se consideraba la Europa de América, era como que tod@s l@s migrantes de Perú, Bolivia y Paraguay, eramos todos, punjas.
Tuve que venir y soportar discriminación, explotación, xenofobia, humillación, sometimiento, digo esto porque las tuve que pasar. Me pasó de todo: me agarró la policía, me sacaron todas mis pertenencias, me hicieron barrer toda la comisaria y 24 horas después me soltaron. En ese momento yo no sabía dónde ir, ni a dónde acudir ya que me “corrían” con el discurso que como yo estaba perseguida, no me convenía hablar, ni denunciar ya que me podían deportar. Entonces me lo callé todo. Me tenía que callar, en esos momentos Argentina tenia la ley Videla de la dictadura militar
-¿Y con respecto a conseguir un trabajo?-En ese momento el único empleo que había para las migrantes era ser empleada doméstica y tuve que serlo: trabajaba 18 horas diarias. Más allá del trabajo que era necesario, me servía para alivianar mi situación en ese momento, una situación muy triste ya que extrañaba horrores a mis hijos, a mi madre, a mi gente…
-¿En ese tiempo pudiste ver a alguien de tu familia?-Después de varios años de estar en esa situación, mi hermano vino a verme desde Perú, ya que le habían dicho que yo estaba mal, muy triste y desmejorada. Cuando llegó me hizo entender que yo no era así, me trajo muchos videos de cómo era yo realmente cuando estaba bien: yo era empresaria en mi país y él todos los días me ponía esos videos para que yo pudiera recordar a la Natividad que realmente era. La verdad que aparte de las terapias que yo recibía, eso me ayudo mucho a salir, y me dio muchas energías, me ayudó a levantarme porque me hacía reflexionar sobre mi persona, y en lo que me había convertido.
-Una gran ayuda en el momento justo…-Sí. Con mi hermano pusimos un locutorio y dejé de trabajar como trabajadora del hogar ya que recibí una reprimenda, no merecida. Yo trabajaba con una señora que me decía que me quería como una hija y de repente me llamó la atención injustamente , entonces me planté y le dije que no quería trabajar más en esas condiciones, que no lo merecía, y así empezamos con el locutorio. Por este negocio comencé a tener mucho contacto con mujeres migrantes, especialmente las peruanas, y para mí era un reflejo de mi vida, ver todos los días en ellas cada vez que colgaban el teléfono los llantos, lágrimas, tristeza, y yo pensaba que no estaba sola. Así fue que empecé a tener un poco mas de relación con mi comunidad y les daba consejos a las mujeres, que no se dejaran avasallar, que se hagan respetar.
-¿Así surgió la idea de formar una asociación?-Un día, recuerdo, que eran las elecciones en Perú, y como la gente que se encuentra en el “país de destino” (en este caso Argentina) debe hacer cambio de domicilio para poder votar, era el último día de la elección y como yo nunca había hecho el cambio de domicilio… había una fila enorme. Llevé un documento que decía que no se debía pagar multas por no hacer el cambio de domicilio y le pedí a la gente que estaba ahí que me dieran un espacio en la cola porque yo tengo un documento para presentarle al Cónsul que no tiene que cobrar las multas y así me fui a quejar. La gente no me creía (sobre el papel de la multa) en realidad estaba descreída de todo. Además de eso llamé a Crónica TV, organicé a la gente, y subí a hablar con el cónsul, que me dijo que no sabía nada de ese documento.
-Me quedé con la convocatoria a Crónica TV…-Cuando terminé mi “charla” con el cónsul, bajé, y frente a las cámaras la gente decía que era yo la que les había dado la información y la que los había apoyado, ayudado y ahí mismo me dijeron que organizara a la comunidad.
En Argentina, la única organización que existía en ese momento era “Señor de los Milagros” y eran todas de varones. No había grupos de mujeres y mi mayor contacto era con mujeres, entonces creamos primero “Mujeres en acción” y asi otras hasta llegar a AMUMRA, es difícil organizar, hay mucho poder de protagonismo, muchas veces te dicen cuanto me vas a pagar o cuando había reunión con autoridades podían, cuando había que hacer trabajo de base, ahí nadie tenía tiempo y eso es lo que sucedió con las otras organizaciones
-¿Cuál era el mayor objetivo de esta asociación?
Mi principal objetivo, tanto con esta asociación, como con las que vinieron después era terminar con el dolor de la gente. Con esta asociación no me fue bien porque yo hacia todo el trabajo de base y ellas me pendían cuentas. Me molestó mucho un día que me había enterado de un caso terrible: había venido una chica a visitar a su hermano y la hermana hacía más de 40 días que estaba en la morgue. Nadie hacía nada.
Entonces yo me movilicé porque fue algo que me impactó mucho, no podía creer lo que estaba pasando, y cuando lo comuniqué a las mujeres de la asociación, su respuesta para conmigo fue: “¿qué te crees Dios para hacer todo? “. Ahí me alejé. Yo quería hacer un trabajo voluntario en serio y así fue que creamos “Mujeres Peruanas Unidas”, pero no me sentía cómoda, entonces formé “Mujeres Peruanas Unidas Migrantes y Refugiadas”. Con el apoyo económico de mi hermano saqué la personería jurídica,
-Es difícil el trabajo voluntario… -Sí. Hay personas que quieren hacer trabajo voluntario en serio, pero hay otras personas que buscan protagonismo, o poder. Yo no pude llevar adelante esa organización porque un día llegué y ya me habían sacado. Yo había tenido un problema muy grave con mi hijo, le habían amputado la manito, y yo estaba mucho tiempo con él en el hospital. se adueñaron de la organización e incluso a varias socias no nos devolvieron el dinero que dimos de cuota para la vivienda, lo peor es que revierten lo que ellas hacen y hablan mal, me da mucha pena, yo sigo para adelante porque de Dios hablaron, yo soy solo una hija de Dios.
Ahí me di cuenta que la gente no tiene objetivos claros en lo que refiere al trabajo voluntario y yo quería trabajar en serio. Me había hecho una promesa: que si podía traer a mis hijos, yo iba a trabajar voluntariamente para los demás.
-¿Y Pudiste?-Sí, pude traer a mis hijos después de 5 años y fue un momento en el cual también intensifiqué la lucha porque mis hijos no podían estudiar. Golpeé muchas puertas para que mis hijos estudiaran. Al principio, todos me decían que sí, y luego las puertas, como siempre se van cerrando.
Hasta que logré por fin que mis hijos estudiaran. Algunas personas se enteraron, me vinieron a ver. Así nació AMUMRA en 2005.
“Trabajo a conciencia”
“Yo creo que el trabajo que llevé adelante en esas organizaciones, lo mismo que en AMUMRA fue un trabajo a conciencia, con mucho dolor, altibajos, problemas…El migrante en este país, hace algunos años, era (éramos) vistos como chivos expiatorios, nos miraban como bichos raros.
Tuve que soportar muchas humillaciones, de diversas personas, como también de mi propia comunidad. Una de las causas de ello fue porque en ese momento toda la documentación se hacía por medio de gestores, y al momento en que se aprobó la ley de migraciones, se le acabó la “minita de oro de esta gente”, entonces me tenían cierto recelo o por lo menos yo lo sentía” expresa Natividad.
-¿Quién es el responsable de la situación de los inmigrantes?-Es responsabilidad de los gobiernos de origen y de destino. Mucho más del de origen, pero hacen oídos sordos. Para las autoridades somos como mulas de carga, que tenemos que trabajar y trabajar cuando estamos en el exterior, para enviar dinero a los países de origen, remesas, entonces creo que tiene que haber un poco más de responsabilidad en los países de origen y tratar de generar políticas migratorias, sobre todo basadas en los derechos humanos.
- La ley argentina ahora contempla los derechos humanos - Si bien Argentina ahora tienen una política migratoria basada en los derechos humanos, todavía hay muchas dificultades: los migrantes todavía no estamos insertos totalmente en la sociedad, todavía seguimos siendo objetos no sujetos.
Cuando recién nos organizamos para armar la ley de migraciones éramos alrededor de 200 personas y terminamos 20 trabajando por ella.
A mí me encontrabas en el Senado, en el Congreso cuando estaban a punto de aprobar la ley…llega un momento en que la gente no se compromete. Después todo el mundo dijo que había participado y contribuido a la aprobación de la ley. Pasó lo mismo con la Ley del Refugiado, y con la Convención de los derechos de todos los Trabajadores Migrantes.
-¿Qué significan realmente estas leyes para los migrantes?-Significa que pudimos cumplir un objetivo: la documentación, ya que lo importante en el país de destino es el documento ya que con un documento hay menos opción de rechazo, de discriminación, de violación…
Creo que ahora Argentina tiene una historia de la migración, y esa historia tiene que ver con el tema de nuestra asociación, porque empezamos a trabajar con la gente en el tema de la concientización, de la importancia de la organización, haciendo jornadas… trabajamos mucho por esto. Y seguimos trabajando.
Cabe destacar que todas las organizaciones de migrantes trabajan y mucho, pero son organizaciones culturales, religiosas. Hay muy pocas que trabajan sobre los derechos humanos, o al menos desde nuestra perspectiva, una perspectiva de género, de derechos humanos, de igualdad, nosotros trabajamos eso.
-Y AMUMRA… - Estoy muy orgullosa del trabajo que hicimos. Un trabajo voluntario muy importante.
No recibimos ningún subsidio del gobierno, y siempre hemos salido adelante. El año pasado nos aprobaron dos proyectos desde el Gobierno de la Ciudad, “Construyendo Ciudadanía I y II” y desde UNIFEM que creyó en nosotras, a través de nuestros tribunales. Nuestros trabajos generan incidencia para mejorar la calidad de vida de nuestros migrantes, sobre todo de las mujeres, y a raíz de ello sacamos nuestro primer manual, ”Promotoras Comunitarias - Guía para la Prevención de las Violencias” un manual por el que hemos recibido muchas felicitaciones, de mucha gente de diversos campos, porque es un manual desde las propias protagonistas, desde ellas.
Creo que nosotras hemos hecho una base muy sólida, creo que en AMUMRA están las mujeres que consideran trabajar la migración, los derechos humanos, las cuestiones de género, la igualdad, desde otra perspectiva, desde la perspectiva de la inclusión, de la igualdad, de la integración, de la unidad.
Han sido prácticamente siete años de trabajo y yo me había hecho una promesa (la de poder traer a sus hijos). Ahora ya está, AMUMRA se queda con una base, con gente que realmente tiene que estar en AMUMRA, con objetivos claros, con gente que no busca protagonista y poder… Esta segunda etapa mezcla la base, lo que vinimos trabajando hace años, con lo académico, con lo profesional. Porque se queda gente muy valiosa en la Asociación, gente joven con ganas de trabajar.
Creo que hemos logrado muchísimas cosas en este país, y creo también que nos falta trabajar el tema institucional, organizacional. Falta también el poder generar nuevas líderes que sientan, que crean que tienen derechos como cualquier ciudadano nativo. La idea para continuar trabajando es capacitar, justamente, en cuanto al trabajo (a las trabajadoras del hogar por ejemplo), en discapacidad…
-¿Cuál es tu deseo para los migrantes?-Mi deseo es que sepamos respetarnos. Si bien este país es muy abierto, nos abrió las puertas, creo que no debemos renegar tanto, porque antes de eso debemos fijarnos en nuestros países de origen, que son los primeros culpables ya que tenemos que irnos de ellos.
No hay que echarle la culpa de todo a este país, Argentina. Ahora tenemos buenas políticas migratorias, y si bien a veces no todo es color de rosas…
Ahora tenemos una nueva ley y hay que tener un poquito de paciencia, ser tolerantes, ser más solidarios, ser más humanos… podemos hacer el bien por los demás, y sobre todo demostrarle a este país que el migrante es educado y que sobre todo, levanta las economías de sus países de origen, pero también la economía de los países de destino.
-¿Sentís que te llegó el momento de partir tranquila? ¿Que tu tarea ya llegó a su fin?-Yo creo que llego el momento que me vuelva a Perú. Siempre mirando al cielo digo que me voy de este país con las manos limpias. Solo yo, Dios y mi conciencia sabemos lo que yo he hecho y lo que he luchado en este país. Si la gente lo reconoce o no lo reconoce, que quede en ellos, pero yo hice mucho por el colectivo migrante.
Yo me considero una mujer de hierro: haber dejado a mis hijos en Perú y venirme, y después de 16 años volver… me siento tranquila con mi conciencia: el trabajo que realice en este país lo hice con muchísima responsabilidad, con mucho compromiso, honesta y lealmente.
Tengo muchísimos maestros y maestras. Sin ellos no hubiera logrado lo que logré: gente profesional, con altos cargos en el país, que vieron que yo era una persona que, pese a la poca información que tenía trabajaba y cometía errores, y en vez de tumbarme me daban una mano y las herramientas para salir adelante. ¡A todos ellos les digo gracias mil gracias !
-¿Y qué vas a hacer en Perú?-Me voy a presentar como candidata a la alcaldía de mi tierra (como intendente). Quiero ir a trabajar por mi gente. Cuando estuve el año pasado en Perú, observé que está todo centralizado en Lima y las provincias, dejadas y alejadas de la realidad.
Yo vi en mi provincia que temáticas tan importantes como violencia, género, derechos humanos… Son campos que están acéfalos. La gente vive porque tiene que vivir y sabe que tiene que hacer sus cosas, pero no sabe que hay que trabajar sobre estas cosas, y que hay que respetar nuestros derechos, que hay que ir y organizar a mi gente y dar lo que aprendí en estos países y demostrar que la gente puede hacer muchas cosas sin tener grandes cargos ni títulos universitarios. Creo que hay que tener mucho compromiso, responsabilidad y sobre todo trabajar todo en base.
No hay dinero tampoco para proyectos sociales que es lo que realmente se necesita, hay que generar empleos, proyectos sociales, educativos, en salud, en vivienda. Eso es im- portante para que los seres humanos puedan vivir bien y que las personas no estén tan alejada de la realidad, que tomen conciencia y sepan que hay que involucrarse que no es solo un tema de gobierno, sino de la misma población.
Natividad (Sic)
“Quiero irme a mi provincia y lo que aprendí aquí y en los países del mundo que pude conocer por mi labor quiero plasmarlo allí. Se pueden generar buenas políticas públicas sin robar… Yo me voy feliz a mi país sin haberle robado a nadie. Entré y me voy por la misma puerta, con mucha dignidad y con la frente bien alta, con la conciencia tranquila que todo lo que he hecho lo hice de la mejor manera posible…”
“Yo conocí el Obelisco después de estar viviendo 5 años en Argentina”
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Hola, mi nombre es Denise y soy productora del programa La Liga de Telefé. Estoy haciendo un informe sobre refugiados en Argentina y me gustaría contactarme con alguno/a de ellos/as para hacer una entrevista. Quería saber si Uds. me podían ayudar. les dejo mi mail: durfeig@cuatrocabezas.com
ResponderEliminarmuchísimas gracias, saludos,
denise.
Hola soy Dilcia Wissar, soy peruana vivo hace 22 años en Argentina, estudié en la univerdidad de acá, soy Ing. en Sistemas, mamá de 2 niños argentinos. Te ví por Utilisima Satelital, me impactó mucho tu mensaje, me alegra que te hayas puesto al frente de miles de mujeres que pasan lo mismo que vos, no sabés la pena que me da que discriminen así a mis compatriotas, no es justo ante todo somos seres humanos y mujeres que valemos muchísimo. Sigue así y ojalá puedas contestar mi mensaje, si te puedo ayudar en algo estoy a tu servicio, mi mail dgwissar@hotmail.com. Cariños desde Tandil Argentina.
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