La mayoría de las personas en Argentina afirmarían sin mayores dudas que sus orígenes son europeos. Algunos otros también incluyen su ascendencia indígena, pero no sucede lo mismo con quienes tienen entre sus antecesores afros o negros. Esto es consecuencia de siglos de invisibilización, negación y difusión de un discurso homogeneizante que instituyó que el ser argentino o argentina implica ser blanco. Y europeo.
Lentamente, desde diferentes organizaciones y organismos, están logrando revertir esta idea, pero todavía queda mucho por hacer. Sobre todo, en la elaboración de legislación específica que proteja a los argentinos con raíces en la Africa negra.
Esta es una de las conclusiones a las que arribó el informe “Derechos de la población afrodescendiente de América Latina” del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), presentado en Managua (Nicaragua) este mes en un encuentro en el que se difundieron los resultados de las diferentes regiones y del que participó Periodismo Social.
La investigación del PNUD tuvo como objetivo realizar un análisis comparativo de las legislaciones de toda América Latina en torno a derechos humanos, discriminación, racismo y xenofobia y las políticas públicas que se implementan en cada uno de los países haciendo foco en la población afrodescendiente.
Sin información
Uno de los denominadores comunes de toda la región es la falta de información y datos estadísticos sobre afrodescendientes. Se estima que entre el 20% y el 30% de la población de América Latina tiene raíces africanas. En Argentina, algunas organizaciones de afrodescendientes aseguran que en el país existen cerca de 2 millones de personas que tienen ascendencia afro. Pero lo cierto es que no existen estadísticas ni relevamientos que puedan comprobar esta cifra ni refutarla.
Tampoco con la cantidad de inmigrantes africanos actuales, que se estima que son entre 5 mil y 10 mil, pero no se sabe cuántos hay exactamente, porque muchos ingresan ilegalmente.
El censo que se realizará el 27 de octubre va a arrojar un número porque van a censar a todas las personas, tengan papeles o no. Lo mismo está ocurriendo en los otros países de la región.
Una de las cuestiones fundamentales señaladas por todos los investigadores que participaron en la presentación del informe fue la concientización de la población para que pueda autoreconocerse como afrodescendiente. “Te doy un ejemplo, la actriz Carmen Barbieri no se reconoce como afrodescendiente y todos recordamos a su padre que era negro. Roberto Giordano tenía su madre mulata y él no se reconoce como afrodescendiente. También tiene que ver con el proceso de blanqueamiento, como el casarte con un blanco elevaba y por más que tuvieras sangre negra lo negabas”, aseguró María José Becerra, responsable de la investigación de estos países y además coordinadora del Programa de Estudios Africanos del CONICET en Argentina. .
Avances y desafíos en nuestro país
"Si bien los países de la región han realizado avances en lo que respecta a la creación de instituciones relacionadas con la población afrolatinoamericana, muchas de estas carecen de apoyo político", afirmó Silvia García Savino, coordinadora del proyecto regional Población Afrodescendiente del PNUD.
Existe diversa legislación internacional que tiene vinculación con los derechos de los afrodescendientes, pero dos hitos particulares fueron la III Conferencia Mundial Contra el Racismo, la discriminación Racial, Xenofobia y las formas conexas de Intolerancia, realizadas en Durban, Sudáfrica, en 2001 y la Cumbre del Milenio con sus consecuentes Objetivos de Desarrollo del Milenio. En ambos casos fue fundamental la participación de la sociedad civil pero además es importante que los Estados Nacionales se comprometieron a realizar acciones concretas y posibilitó la creación de legislación adecuada.
El informe del PNUD sobre Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay establece una suerte de ranking en cuanto a la adecuación de la normativa internacional y al desarrollo de políticas públicas.
En este sentido, los investigadores comprobaron que nuestro país está a mitad del ranking: detrás de Bolivia y Uruguay, pero delante de Chile y Paraguay.
Los investigadores consideran que Argentina se encuentra en el tercer lugar de los países analizados en cuanto el otorgamiento de importancia legislativa e institucional a la lucha contra todas la formas de discriminación y por la inclusión de la diversidad, aunque destacan que nuestro país no desarrolló un enfoque específico sobre afrodescendientes. Una de las características por las cuales se destaca la legislación argentina es por la elevación de rasgo constitucional, es decir, superior a las leyes nacionales y provinciales de todos los tratados y convenios internacionales suscriptos por Argentina en materia de derechos humanos, que se llevó a cabo a partir de la Reforma de la Constitución de 1994. “Otro avance significativo de Argentina está dado por la creación en 1995 del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI). Esta institución representa un gran avance en la medida que centraliza la elaboración de políticas públicas nacionales y planes de acción concretos para combatir la discriminación, la xenofobia y el racismo. Pese a no estar específicamente enfocado en afrodescendientes, el INADI aborda temáticas y planes que lo contemplan indirectamente”.
Por ello, diferentes organizaciones y los investigadores del PNUD recomiendan, entre otras cosas, que los textos escolares empiecen a incluir una mirada más abarcativa de la composición de la sociedad argentina, que también incorpore a los afrodescendientes, su rol en la historia y su realidad actual, y, por otro lado, la elaboración de campañas específicamente destinadas a reconocer la existencia de afrodescendientes en el país y a establecer qué cantidad de argentinos tienen raíces africanas o negras.
Por su lado, Bolivia es el país que ha desarrollado hasta el momento la legislación más avanzada tanto en lo que respecta a diversidad étnico-cultural en general como en lo que respecta a afrodescendientes. Uno de las variables que influyó para que esto fuera posible fue la particular situación política del país que incluye la llegada al gobierno de un indígena, Evo Morales, lo cual generó un cambio sustancial en Bolivia en este aspecto.
Uruguay es ubicado en el segundo lugar en lo relativo al reconocimiento de los derechos de los afrodescendientes, sobre todo a partir de la creación de diversas instituciones gubernamentales. No sucede lo mismo con la sanción de leyes, aspecto que los investigadores consideran deben reforzar al igual que la asignación presupuestaria para las instituciones creadas.
Finalmente, Paraguay y Chile son los países de la región que el informe sobre “Derechos de los Afrodescendientes” considera menos comprometidos con el desarrollo de legislación y creación de legislación específica. Paraguay le dio a la legislación internacional sobre derechos humanos un lugar inferior al de la Constitución pero superior al de las leyes nacionales. Sin embargo, no cuenta con legislación específica sobre afrodescendientes, ni organismos responsables de garantizar sus derechos y promover políticas públicas.
Chile ocupa el último lugar del ranking por ser considerado el país menos comprometido con los derechos de los afrodescendientes. De hecho carece de legislación específica y de instituciones, y tampoco ha suscripto a los tratados internacionales que tienen como fin promover y garantizar los derechos de estas poblaciones.
El informe celebra los avances realizados por cada país, a pesar de las diferencias, y asimismo considera que “todavía queda un largo camino que recorrer en materia de reconocimiento del pueblo afrodescendiente, el cual pese a estos avances, continúa invisibilizado en muchos aspectos. La importante contribución y presencia histórica que han mantenido los afrodescendientes en la región desde hace siglos espera aun ser debidamente reivindicada en un contexto de inclusión e integración”
La situación de los afrodescendientes en Argentina
“La población actual Argentina es el resultado de la mixtura entre la población originaria y la que llegó en distintos momentos históricos y por múltiples circunstancias y desde diversas procedencias, principalmente de Europa y África. En lo referente a la inmigración africana podemos marcar tres etapas: la primera se desarrolló durante el periodo colonial, entre el siglo XVI y mediados del siglo XIX; la segunda se produjo cuando se consolidó el Estado nacional argentino; desde finales del siglo XIX hasta los años posteriores a la fin de la Segunda Guerra Mundial; y la última etapa, marcada por el final de la Guerra Fría, se inició en la década del noventa y se extiende hasta la actualidad”, señala el informe sobre Argentina.
Los investigadores decidieron estudiar a Bolivia, Paraguay, Argentina, Uruguay y Chile en conjunto debido a que justamente la llegada fuerte de los afrodescendientes data del periodo colonial, momento en el cual estos países estaban muy vinculados entre sí por ser parte del Virreinato del Río de la Plata. Chile, aunque jurídicamente estaba separada, tenía muchísima relación ya que una zona de la actual Argentina estaba bajo el mando de la capitanía general de ese país.
A su vez, en la presentación realizada por María José Becerra, quedó claro que en general los mapas omiten una realidad importante, que es que el Virreinato del Río de La Plata también estaba integrado por Guinea Ecuatorial, país de África central. De esta manera conformaban un triángulo perfecto en el cuál se tomaba de África la mano de obra esclava, se extraían los recursos de América y Europa los manufacturaba y los consumía, además de tener el mando de todo el resto.
“La mano de obra africana fue sumamente importante en América y lo es hasta el día de hoy. Primero el africano llegó en forma involuntaria para desarrollar el sistema socio-productivo de América. Fue así que fueron llegando una cantidad importante de Africanos que no solamente permitieron el desarrollo económico si no también cultural. Los cinco países en estudio no son la excepción. Es por eso que nos llama a la atención como investigadores que se siga sosteniendo que no hay afrodescendientes”, señaló Becerra.
Los discursos que legitimizan esta versión de la historia en la que no se incluye a los afrodescendientes afirman que no hubo una mano de obra negra porque en Argentina no había plantaciones importantes y que con los indígenas era suficiente para cubrir las necesidades, o que los pocos africanos que existían desaparecieron con las guerras de la independencia. “Cuando uno analiza la historia se da cuenta de que la presencia afro es importante en nuestros territorios. Y por ejemplo en Argentina se dice que los argentinos descendemos de los barcos, en una clara alusión a que descendemos de los europeos, y es verdad que nosotros descendemos de los barcos, de los barcos esclavistas”.
El último censo que incluyó a los afrodescendientes fue a fines del siglo XVIII, y por ejemplo en la provincia de Córdoba un 60% de la población era de procedencia africana, uno de los mayores porcentajes del país.
Becerra considera que en este momento la visibilización del tema afro se la da la conformación de un movimiento sólido y fuerte de afrodescendientes. “El primer movimiento se da en Buenos Aires con los inmigrantes de la segunda etapa, los que vienen en el periodo de finales del siglo XIX y finales del XX. Los hijos de esos inmigrantes que eran europeos se consideran afrodescendientes, sobre todo cuando empiezan las independencias africanas en la década del ‘70. Empieza un movimiento de reivindicaciones. No se reconocen como portugueses si no como afrodescendientes. El mayor impulso lo da la comunidad caboverdiana que tiene una acción muy fuerte en Buenos Aires”, explica la investigadora.
La distribución geográfica
Las diferentes circunstancias políticas y económicas marcaron la ubicación geográfica de la población en general y en particular de los afrodescendientes. En el periodo colonial hasta principios del siglo XVIII Buenos Aires no es un puerto de importancia. “Las provincias del norte que hoy son tan pobres eran las provincias más activas. Buenos Aires y el Litoral estaban fuera, era como lo más pobre, entonces no necesitaban mano de obra esclava porque con la mano de obra indígena, los esclavos eran un ‘artículo’ suntuario. En 1713 se cambia la legislación en España, Buenos Aires se constituye como puerto ‘negrero’ se funda la funda la Ciudad de Montevideo en 1726 como puerto mercantil y sobre todo como asiento de negros y van a funcionar diversas compañías. Entonces el Río de La Plata se constituye en el núcleo ‘negrero` oficial. Todos los negros debían ingresar por ahí y siguen yendo para el mismo lugar, parta el Potosí. Cuando se dan las guerras de la Independencia, que perdemos Potosí en 1830, cambia el comercio y las provincias del norte dejan de ser activas y las que se desarrollan son las del Litoral. Y ahí se necesita mano de obra y ya no es la mano de obra esclava si no que es la mano de obra inmigrante. Entonces geográficamente las provincias del litoral son las que menos población negra tienen, y la provincia de Buenos Aires debería ser la que menos población negra tiene, sin embargo en la actualidad son las provincias que mayor activismo político tienen porque estos grupos que no se han mezclado mucho, se reconocen como afroescendientes y son los más militantes, Buenos Aires, Santa Fe, en el resto del país pero no son los más antiguos. ¿Por qué pasa esto? Porque el estigma de ser negro era estigma de ser esclavo”.
Estados multiétnicos
Jhon Antón Sánchez, investigador de FLACSO Ecuador y uno de los coordinadores de la investigación del PNUD señaló en su presentación: “Los afrodescendientes no es que luchamos solamente contra el racismo o contra la pobreza, luchamos por transformar las condiciones políticas, sociales y económicas de la región y esto es una cosa que no nos han entendido. Nosotros consideramos que nuestra apuesta no es coyuntural si no de larga duración. Estamos promoviendo el concepto de una ciudadanía cultural dentro de un Estado Multiétnico y pluricultural que garantice los derechos humanos a todos los ciudadanos indistintamente del color de su piel”.
El informe del PNUD sobre afrodescendientes destaca que la década del noventa constituye un punto de inflexión en el que comienza a darse una articulación entre el plano nacional y el internacional, interacción que se produce bajo nuevos criterios regidos por derecho humanitario bajo la óptica del cosmopolitismo. Ya no será el Estado nacional el único actor en el establecimiento de los derechos, sino que entrará en una relación con otros actores entre los cuales la sociedad civil, tendrá un papel protagónico, así como los organismos internacionales.
Más información: http://www.afrodescendientes-undp.org/
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Fuente: http://www.periodismosocial.org.ar/notacompleta.cfm?id=4176
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